Towerborne, es uno de esos proyectos que se van cocinado a fuego lento. De la mano del estudio independiente KinifiGames, llega a nuestras consolas un juego que te cautivará desde un primer momento. Y es que, este roguelite de acción en 2D no te dejará indiferente gracias a su espectacular apartado artístico que, en ocasiones parece una película de animación. Antes de entrar en detalles, tenemos que decir que desde aquí, siempre hemos estado muy atentos al desarrollo de esta aventura. Ya en la Gamescom de 2023 pudimos probar junto a sus creadores una pequeña demo de lo que estaba por venir. Tiempo después, pudimos expandir nuestra experiencia con su versión para PC y ahora, finalmente, llega a nuestras consolas.
En este caso, nos encontramos con una versión bastante pulida que nos permite disfrutar de muchas horas de diversión. Nada más entrar en el juego tendremos una breve introducción que nos pondrá en contexto de lo que ocurre en este universo. Aquí, el mundo se encuentra devastado por una catástrofe desconocida, la humanidad se aferra a su última esperanza: la Torre del Belfry, un bastión que se alza sobre las ruinas de la antigua Ciudad de los Números.
Un mundo único
Más allá de sus muros, las Tierras Salvajes están plagadas de criaturas monstruosas y peligros incesantes. En este escenario postapocalíptico, los jugadores asumen el papel de los Aces, guerreros renacidos del misterioso reino espiritual conocido como The Ebb. Estos héroes no solo recuerdan sus muertes pasadas, sino que regresan con habilidades excepcionales y la misión de proteger a los supervivientes y reclamar el mundo perdido
Así pues, comenzará nuestra partida, con el claro objetivo de convertirnos en un héroe que recuperé el territorio de la humanidad. Para ello, tendremos que adentrarnos en solitario o con hasta 3 amigos en este inhóspito mundo. El juego nos presenta un buen editor de personajes que nos permitirá darle rienda suelta a nuestra imaginación. Una vez seleccionado y tras superar un brevísimo tutorial accederemos a la magia de Towerborne.

El juego nos ofrece la opción de elegir entre cuatro clases, contando cada una no sólo con un estilo de combate diferenciado, sino que, cada una contará con su propio árbol de habilidades. No obstante, el combate es bastante sencillo aunque tiene un interesante grado de profundidad. Contamos con los clásicos golpes ligeros y pesados que se pueden combinar para generar nuevos ataques o combos, además de sumar a todo esto el uso de habilidades. En sí, es un juego accesible pero en el cual se puede profundizar.
Cada incursión en las Tierras Salvajes es diferente, gracias a una estructura roguelite que genera niveles de forma procedural, asegurando que cada partida sea única. Las expediciones se realizan a través de un mapamundi, donde tendremos que movernos cumpliendo misiones para poder acceder a nuevas casillas y así avanzar en su mundo.
Mejorando a nuestro héroe
Uno de los grandes aciertos de Towerborne es su sistema de progresión. No se limita únicamente al desarrollo del personaje mediante puntos de experiencia o desbloqueo de habilidades, sino que pone un fuerte énfasis en el equipamiento. Cada arma, pieza de armadura o accesorio tiene su propio nivel, y mejorar nuestro rendimiento pasa por subir también el de estos elementos. Esta capa adicional de personalización ofrece una mayor profundidad al juego, obligándonos a tomar decisiones tácticas sobre qué mejorar y cuándo hacerlo.

Además, el juego introduce un curioso sistema de desafíos en la Torre que permite aumentar la dificultad de forma progresiva. Superar estos retos nos da acceso a recompensas más valiosas, por lo que siempre podremos enfrentarnos a nuevos enemigos. Aunque se debe decir que muchos de los enemigos se repiten variando únicamente su color, siendo un mecanismo clásico de otros juegos del género beat em up. No obstante, sus jefes cuentan con diseños muy interesantes y pueden suponer un reto muy divertido en dificultades elevadas.
Towerborne es arte en movimiento
Sin embargo, no todo brilla con la misma intensidad. A pesar de lo variado de sus combates y escenarios, Towerborne arrastra cierta repetitividad en sus misiones. Aunque se entiende que en este tipo de títulos la variedad de misiones no tiene por qué ser espectacular, creo que hay misiones que simplemente sobran. Misiones en las que tenemos que defender un carromato por ejemplo y duran unos pocos minutos y que no aportan nada. Esta simplicidad puede afectar al ritmo de juego, especialmente tras varias horas, dando la sensación de que el contenido narrativo o estructural se queda algo por detrás del espectacular envoltorio visual.
Y es que, si algo destaca por encima de todo en Towerborne, es su dirección artística. Con un estilo visual que recuerda a las mejores producciones animadas en 2D, el juego brilla gracias a sus escenarios detallados, animaciones fluidas y SU diseño de criaturas. La música y los efectos sonoros acompañan con solvencia, logrando una ambientación absorbente que refuerza la inmersión en este mundo roto y misterioso.
En definitiva, Towerborne es un juego muy interesante y que cuenta con un amplio margen de mejora. Con algunos ajustes en su sistema de misiones y una mayor variedad de encuentros puede convertirse en un título notable. A día de hoy, sigue siendo disfrutable pero se echan en falta algunas cosillas como las que hemos mencionado anteriormente. Desde aquí estaremos muy atentos a cualquier novedad sobre este lanzamiento.
Acerca del autor
Psicólogo amante de los juegos cooperativos, el RPG y de disparar a todo aquello que se mueva.